martes, 25 de febrero de 2014

Bread and Butter Pudding






Este sí que es un postre básico de verdad. Whole Kitchen en su Propuesta Dulce para el mes de febrero nos invita a a preparar un clásico de la cocina británica: Pudín de pan y mantequilla.

Este estupendo postre es la quintaesencia de la sencillez. Es un postre victoriano que puede tomarse caliente o frío (a mi me gusta mucho más calentito y con una bola de helado de vainilla encima).

El Bread and Butter Pudding consiste en eso, pan con mantequilla empapado en una mezcla de huevos, azúcar y crema, con pasas y luego horneado. Hoy en día hay muchísimas versiones que van desde la más sencilla a la más sofisticada.

La receta que traigo me la ha facilitado una cocinera excelente y gran amiga (thank you Audrey) y es la mejor que he probado hasta el momento.

INGREDIENTES 

50gr de pasas de corinto
un poco de coñac o ron para hidratar las pasas (opcional)
200ml de leche
1 cuchte esencia de vainilla (yo no se la pongo)
la piel de 1/2 limón, sólo la parte amarilla
75gr de mantequilla
8 rebanadas de pan de molde un poco "antiguo" cortadas en triángulo
3 huevos
2 cuch de azúcar blanquilla
100ml de nata para montar
1 cuch de azúcar moreno (demerara)
un poco de canela (optional)

Si os acordáis poned las pasas a remojar en coñac o ron toda la noche, sino, no pasa nada.

En un cazo ponemos la leche a calentar y cuando está apunto de hervir retirar del fuego y poner la piel de limón a infusionar un ratito.

Mientras se enfría la leche, untamos el pan con la mantequilla, untamos también la bandeja donde lo vamos a hornear y colocamos la mitad del pan en el fondo sobrelapando los triángulos.

En un bol mezclamos la leche ya fría y sin la piel de limón, los huevos, el azúcar y la nata.

Vertemos la mitad de esta mezcla sobre el pan ya preparado, añadimos las pasas y dejamos reposar unos 20min. En este punto también se puede añadir una manzana rallada.

Encendemos el horno a 180ºC.

Colocamos el resto del pan en el molde y bañamos con el resto de la mezcla de huevos y leche. Le ponemos encima lo que queda de mantequilla, el azúcar moreno y un poco de canela si queréis aunque yo no se la pongo.

Al hacerlo todo en dos veces conseguimos una textura suave en el fondo que ha descansado 20 minutos y una textura más crujiente en la parte superior.

Ponemos la bandeja dentro de otra y dentro del horno y echamos agua hirviendo en esta última para cocer el pudding al baño maría durante 35-40min.

Antes de servirlo esperar unos 10min a que se asiente.

Está más que bueno, se puede hacer con antelación y va muy bien cuando quiero acabar con el pan duro que se ha ido acumulando. Yo lo hago muchas veces con pan de barra y esta buenísimo, sabe a torrija...







miércoles, 19 de febrero de 2014

Boeuf Bourguignon en Crock-Pot







Bueno, bueno. Whole Kitchen en su Propuesta Salada para el mes de febrero nos invita a preparar un clásico para de la cocina francesa: Boeuf Bourguignon.

Este es uno de esos guisos estupendos que constituyen una comida de plato único. Y yo, aprovecho para adaptar esta estupenda receta y hacerla en la olla de cocción lenta (Crock-Pot). Estas ollas lentas cuecen a 60ºC de temperatura durante muchas horas y el resultado de estas cocciones a baja temperatura es normalmente una carne suave y muy tierna sea cual sea el corte y la calidad de la misma. Os recomiendo que os agenciéis una de estas ollas sobretodo si no tenéis mucho tiempo para hacer platos de estos lentos; yo la preparo por la noche y al día siguiente lo tengo preparado sin tener que remover o vigilar nada.

La receta que os presento la he sacado de un programa de la BBC, del famoso chef Antony  Worrall Thompson de la revista Food and Drink. Esta es mi versión de su receta.

INGREDIENTES

1,5kg de filete de aguja de ternera
aceite de oliva
4 zanahorias medianas a trozos
2 cebollas a trozos
2 ramas de apio a trozos
2 tazas de vino de borgoña
2 ramitas de tomillo
2 ajos machados
2 hojas de laurel
225gr de panceta
50gr de mantequilla sin sal
450gr de chalotas peladas
350gr de champiñones
290ml de caldo de ternera o de pollo
5cuch de coñac
perejil picado


En una sarten grande poner un poco de aceite y freír la panceta hasta que esté dorada. Retirar y dejar enfriar.

En esa misma sartén, ponemos un poco de aceite y sellamos los trozos de carne después de haberla secado cuidadosamente con papel de cocina. Freír poca cantidad a la vez para que no se enfríe el aceite. Es muy importante no sobrecargar la sarten y sellar bien la carne por todos lados. 




De sellar la carne seguro que ha quedado un sedimento pegadito en la sarten, con 1/4 de taza del vino vamos a diluir ese sedimento calentándolo poco a poco y removiendo hasta que se despegue y cuando lo tengamos lo echamos al Crock-Pot. He de confesar que es la primera vez que he sellado la carne deseando que se quedara un poco pegada a la sarten. 


En esa misma sarten añadimos un poco de aceite y sofreímos por orden: la cebolla, el apio y la zanahoria. Añadimos los ajos majados y la cucharada de tomate concentrado. Cuando esté lo metemos en el Crock-Pot junto con la carne.

Finalmente añadimos el caldo de pollo y el resto de vino, movemos un poco para que el líquido llegue a toda la carne. Cerramos y programamos 8h a temperatura baja.

Cuando queda 1 hora de cocción, calentamos lo que queda de la mantequilla en una sarten y cocinamos los champiñones hasta que estén dorados, añadimos el coñac y cuando se evapore los retiramos.

Añadimos al Croc-Pot la panceta que habíamos reservado al principio y también los champiñones.

Ahora debería cocinar los chalotes pero he probado el guiso y está tan bueno que creo que no le hacen falta, así que los guardo para otra ocasión.

Se sirve patatas nuevas y con judías verdes al vapor.

Mi recomendación es que lo sirváis con una ensalada verde ligerita para hacer una comida completa ya que este es un plato fuerte y contundente perfecto para una comida familiar invernal.

Es estupendo si cuando lo comáis se sirve el mismo vino que se ha utilizado para hacer la marinada.















martes, 11 de febrero de 2014

New York Cheesecake



Hola a todos otra vez,

He estado unas semanas missing en combate, me ha sido imposible mantener mi actividad en el blog y se que me habéis echado mucho de menos, jejeje. Pero ya vuelvo a estar aquí. No creáis que he dejado de cocinar y de hacer experimentos, muy al contrario, tengo muchas recetas que iré compartiendo con vosotras en cuanto pueda ponerme al día.

Hoy traigo una auténtica delicia y la publico además, porque sé que hay gente esperando la receta. 

Hace unas semanas acudí a un curso de pasteles de queso americanos impartido en Barcelona por Fabulous Kitchen donde Fernando nos enseñó los trucos para que, por fin, mis pasteles de queso sean estupendos.

No recuerdo la primera vez que hice uno de estos pasteles, creo que desde siempre han sido una constante en mi recetario. Empecé con el de yogur y philadelphia que, para lo poco refinado que es, sale estupendo. Sin embargo siempre me había quedado con las ganas de hacerlos como los hacen en Estados Unidos, así que me apunté al curso. Hicimos 4 pasteles de queso diferentes y todos espectaculares que poco a poco iré publicando.

Hoy traigo el New York Cheese Cake que se puede decir que es el pastel de queso clásico. La receta que pongo es para un molde de 25cm (ya que lo hacemos, que sea bien grande) pero podéis adaptarla para molde de 17cm dividiendo las cantidades por dos, excepto la base que necesitará un poco más de la mitad.

Las tartas de queso americanas clásicas tienen una base de galleta machacada y un relleno de mezcla de quedo crema, huevos y azúcar básicamente. Esta es mi versión.

INGREDIENTES:

Para la base
250gr de galletas chiquilín, digestive o similar, preferentemente con chocolate
1 1/2 cuch de cacao en polvo en caso de que las galletas no sean de chocolate
90gr de mantequilla derretida (si, lo habéis oído bien, derretida en microondas)
3 cuch de azúcar

Para el relleno
1,360kg de queso crema (ej: philadelphia)
1 1/2 cuchta de extracto de vainilla
1/2 taza de harina (85gr)
1 taza (235ml) de nata agria (sourcream), se puede utilizar nata para montar con 1 cuch de vinagre blanco, se deja reposar 5min y ya puede usarse.
2 1/4 taza (540gr) de azúcar
5 huevos grandes

Parecen unas cantidades enormes incluso para un molde de 25cm pero tened en cuenta que quedará un pastel muy alto y espectacular.

Precalentar el horno a 170ºC. SIN AIRE.

Engrasar un molde desmontable y cubrir el fondo con papel de hornear.

Triturar las galletas con el azúcar y la mantequilla derretida y mezclar. La Thermomix lo hace en pocos segundos. Si no tenéis Thermomix se pueden moler las galletas a golpes de rodillo o de mano de mortero poniéndolas en una bolsa. Verter la mezcla en el molde y apretar con los nudillos o con un vaso.

Hornear 12min, sacar del horno y dejar enfriar antes de usar.

Verter el queso crema en el bol de la batidora y batir durante unos 3min. Mientras, en otro bol mezclamos el azúcar y la harina. Bajamos la velocidad de la batidora y añadimos poco a poco la mezcla de harina y azúcar. Añadir entonces la nata agria, la esencia de vainilla y los huevos uno a uno hasta que la mezcla esté homogénea. No sobrebatir.

Una vez frío el molde con la base, verter la mezcla de queso. 

Como vamos a hornear al baño maría prepararemos el molde de la siguiente manera: como el molde es desmontable tendremos que proteger muy bien el fondo para que no entre nada de agua, incluso el molde más hermético puede dejar pasar agua y si se nos moja la base de galleta sobreviene el desastre, creedme, se de lo que hablo. Así que cogeremos dos hojas grandes de papel de plata, si puede ser de ancho profesional y envolveremos el molde, incluidas las paredes y el fondo. Lo pondremos dentro de un recipiente para baño maría. Lo metemos en el horno caliente y una vez dentro añadimos el agua hirviendo al recipiente, hacedme caso y no se os ocurra poner el agua en el recipiente fuera del horno, pero si lo hacéis tened a mano una pomada para quemaduras.

Horneamos 45min a 170ºC, otros 45min a 160ºC apagamos el horno pero dejamos el cheesecake dentro con la puerta un poco abierta durante mas o menos una hora. A ver, esto del horno es siempre delicado; vamos a dejar que el pastel cuaje por los bordes y cuando tres cuartas partes estén cuajadas y el centro algo tierno (lo sabremos al sacudir un poco el molde, el centro se moverá ligeramente) es cuando apagaremos el horno. Tiene que quedar blanco, no tostado.






Sacamos del horno y dejamos enfriar completamente, luego lo metemos en la nevera por lo menos 6 horas antes de servirlo. 

IMPORTANTE, cuando lo cortemos, entre corte y corte limpiar siempre el cuchillo.